El Sordillo, arroyo en flor

Por Amelia Pérez

 

El río Sordillo es un manantial de vida que, durante gran parte del año, serpentea entre las montañas de la Sierra de Guadarrama, atravesando bosques y praderas en su camino hacia el mar Atlántico. El sonido de su caudal nos invita a unirnos a su danza y a disfrutar de la paz que solo la naturaleza puede ofrecer.

 

Rio Sordillo en su pase por la dehesa de La Salceda, Segovia.

 

Las orillas del río son un santuario de vida, un remanso de paz donde las criaturas del bosque vienen a saciar su sed y a buscar refugio. Los fresnos y otras plantas que lo rodean son el hogar de innumerables animales, desde pequeños insectos hasta curiosos corzos y rapaces.

 

Durante la primavera es común encontrar Ranunculus fluitans en flor en el cauce del rio.

 

El agua cristalina sirve como una fuente vital de agua para ciervos, zorros, jabalíes y otros animales salvajes, al mismo tiempo que proporciona refugio para las numerosas aves que atraviesan la zona durante su migración. Las libélulas y mariposas revolotean alegremente, mientras que las ranas y los sapos cantan su melodía a la luna.

 

 

Vista a la Iglesia de San Justo y Pastor (La iglesia quemada) desde el Rio Sordillo en su paso entre La Mata y Requijada. 

 

El curso del Sordillo nos deleita con una danza de contrastes, donde los rugidos enérgicos de las cascadas son seguidos por el susurro apacible de una pradera en reposo.

 

Las formulas de nuestras pastillas de jabón están inspiradas en la relación que mantenemos con nuestro entorno natural.

 

Es en este paisaje idílico donde nos reunimos para disfrutar del atardecer, cuando el sol dora las hojas de los árboles y las sombras se alargan. Nos detenemos en un prado donde las flores blancas de los ranúnculos acuáticos crean un manto que parece esparcido por las hadas.

 

Durante un apacible paseo por el Sordillo, se encuentran tres antiguos molinos harineros. 

 

En este lugar mágico, nos dedicamos a capturar la esencia del río y su entorno en fotografías que capturan la belleza efímera de cada momento. El corzo que asoma detrás de un arbusto y la pareja de milanos reales que sobrevuela el río nos recuerdan que somos solo una pequeña parte de este maravilloso ecosistema.

 

 

Al caer la noche, regresamos a casa, agradecidos por haber sido testigos de la belleza del río Sordillo. Nos llevamos con nosotros el recuerdo de su música, su aroma y su luz, sabiendo que este tesoro natural merece todo nuestro respeto.

 

Inspirados en el entorno

Las fórmulas de nuestras pastillas de jabón están impregnadas de la armonía que compartimos con la naturaleza circundante. La vida en el campo nos comparte sus secretos, y nuestras recetas se tejen con los ritmos que la naturaleza nos dicta. Al seguir esta cadencia, logramos extraer la esencia más pura de nuestro ser, para crear un jabón que nutre nuestra piel con los regalos que la tierra generosamente nos ofrece.

 

El Rio Sordillo  

El Rio Sordillo se trata de un arroyo que discurre por la provincia de Segovia y que tiene su origen en las sierras Carpetanas, en Collado Hermoso, Segovia. Atraviesa el término de Santiuste de Pedraza.. Tras dejar atrás localidades como Requijada, termina desembocando en la margen izquierda del río Cega a la altura de Pajares de Pedraza. En su curso bajo recibe el nombre de «río de Santa Águeda». Aparece descrito en el decimocuarto volumen del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz (1849) de la siguiente manera:

SORDILLO: arroyo en la la prov. de Segovia, tiene su origen en las sierras Carpetanas, que dividen las dos Castillas, y atravesando los térm. de Aldea-lengua de Pedraza, Torre de Valde San Pedro, Santiuste de Pedraza, Requijada, y Pajares de Pedraza (en donde toma el nombre de Sta. Agueda) desemboca en el r. Cega: durante su curso que es de 2 leg. y 3/4 da movimiento á un molino harinero, encontrándose en cada uno de los térm. que atraviesa un puente de madera para pasarle.

(Madoz, 1849, p. 450)

Perteneciente a la cuenca hidrográfica del Duero, sus aguas terminan vertidas en el océano Atlántico.